Si bien es cierto que existe una amplia gama de formación en el mercado, hoy me planteo la duda de si nuestra profesión la elegimos nosotros o es ella la que nos elige.
Y me refiero, porque en la mayoría de los casos, no sólo hace falta una buena formación para desempeñar el puesto, sino que además exige unas competencias personales que pocas veces los estudios son incapaces de transferirnos.
Habilidades propias de la persona, su personalidad.
Cuando estudié en la universidad jamás tuve una asignatura llamada "como ser emprendedor". Si, todo aquel que estudia algo relacionado con la empresa es con vistas a montar su propio negocio, ¿no?
Así como el abogado tiene un ansia interna de resolución de problemas, o el médico de investigación.
Un gran error es querer acceder a una profesión en la cual no tenemos competencias; busca en tu interior, analiza como eres y sabrás a lo que dedicarte.
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